Aunque la verdad es que, hacerse pendejo tambien puede hacerte muy feliz.
Tres días de aguantar una discusión que pude comenzar, finalmente obtuve mi recompensa.
Sin peleas ni largas charlas, solo un breve rato de malas ganas.
Finalmente hace unas cuantas horas la alegría, saciedad y el placer volvieron a nuestras vidas.
Ojalá me leas y sepas leer entre líneas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario