Empezaré diciendo que procuro escuchar el noticiero de Carmen Aristegui transmitido por la cadena MVS, casi todos los días. Empero no puedo dejar de pensar que a los dueños de esta cadena les gusta jugar a la rebeldía y a la disidencia, porque aceptemos que, la rebeldía, la igualdad, justicia y honestidad son inexistentes en casi cualquier parte del mundo (la definición, alcances y desarrollo de la moral, correspondería a otra publicación para la cual no estoy preparado).
Estas virtudes y otras son parte de una recompensa onírica y utópica que sólo se alcanza en periodos de tiempo breves, brevísimos hasta que se regresa al orden natural de las cosas.
Y menciono que les gusta jugar, pues a lo largo de los cortes comerciales del programa se presenta de manera monótona y emítica hasta el hartazgo la publicidad radiofónica de las diferentes mafias los diferentes partidos políticos y de uno que otro banco.
Ahora el cinismo de parte de MVS y sus anunciantes me deslumbra, considerando que estos anunciantes son mostrados ante el público de este programa como la ralea más baja, engreída, impune, transa, inhumana y canalla con la que uno podría encontrarse, o bien ser parte de.
Empero, a pesar de todo esto MVS sigue recibiendo el dinero de estas organizaciones en una simbiosis fundada en el dinero pero aderezada por el cinismo. No podemos culparles, total, todos somos inocentes hasta que se nos demuestre lo contrario.